Definitivamente la música transporta. Es inevitable no verse frente al televisor vestido de escolar junto al llamado “¡A acostarse, mañana tienes que ir al colegio! Esta melodía es parte de la banda sonora de la infantoadolescencia de muchos de nosotros, y sin ser un hit radial ni mucho menos, podemos tararearla y además conectarnos con esos recuerdos que logra traer al presente: Verse sentado frente a la tele, las tareas por hacer, el olor a la comida de mamá, la mesa puesta, la Coca Cola en botella de vidrio, el olor a ropa recién planchada. Todo eso que nos pasó de manera similar cuando bordeamos los 10 años de edad.